¿MORENISTAS CHAMAQUEADOS?

JIRIBILLA CHOYERA

Por Azucena Meza

Faltan dos meses para concluir las campañas y el calor electoral ya se dejó sentir. Y es que, ya se calentaron lo ánimos con los ruidajeros políticos que se traen, se han dejado ver las carretas electorales, unas más escandalosas que otras, eso sí, y es según un viejo refrán, la que más ruido se cargue al avanzar, la más vacía por dentro, pues así también en las campañas políticas.

Andan haciendo y diciendo, prometiendo el sol, la luna y las estrellas, en estas fechas, al cabo que prometer no empobrece, dirán quienes ven con buena fe dichas prácticas, y no se digan, los intercambios de personal que se traen entre un partido y otro, un día se rasgan las vestiduras por un personaje y al día siguiente, tras no ser tomados en cuenta para un puesto, arman maletas y se van, unos solitos, como fue el caso del antes panista Jorge Barrón Pinto, Primer Regidor en la actual administración de Armando Martínez Vega en el municipio de La Paz, al sumarse a la campaña de Rubén Muñoz, acto que deja más preguntas que respuestas, en tanto que, su hermano Sergio Barrón Pinto, funja hoy como el coordinador estatal de la campaña al Senado de Francisco Pelayo Covarrubias, por cierto, ¿aplicará Barrón Pinto la filosofía obradorista, en el que, aun tratándose del hermano de sangre, si no estás conmigo, eres un traidor a la patria, o bien, hablamos de valores entendidos de los Barrón Pinto?. Como sabrán, López Obrador, dejó ver que no hay puntos medios, en la entrevista a Tercer Grado en su última edición, en la cual participó la semana pasada, cuando se le cuestionó sobre su hermano, quien no lo ha apoyado en su proyecto de nación, y sin titubeos expresó que su hermano era un traidor a la patria, que la patria es primero, dejando ver el grado de intolerancia política de López Obrador, en su máxima expresión hasta con la propia familia.

Mientras tanto, volviendo a la dinámica de las mudanzas políticas, también le entraron los morenistas, no queriendo quedarse atrás, agarraron maletas y cruzaron pantano sin ensuciar una sola pluma y ahora están en aguas azules, según papel y foto circulado en diferentes medios dicen ser más de 400 que se le agregan a Marcos Puppo, aspirante a la alcaldía de La Paz.

Es cierto que, los morenistas están menos acostumbrados a la fuga del recurso humano, pero también lo es, que, se trata de un partido de reciente creación, y es ese precisamente un argumento de peso y de desgaste que le genera a ese partido un mayor impacto, es decir, ¿tan rápido llegaron y tan rápido se van?. Pero la pregunta del millón aquí, que resulta increíble, es ¿si los 400 adscritos a MORENA, así de plano chamaquearon a Alberto Rentería desde un principio, o bien, se le desarmó la estructura a Rubén Muñoz?, como sea, en cualquiera de los dos escenarios, salen raspados.

Y hablando de chamaqueados, también está el caso de Rubén Muñoz, con el tema de la minería al cual ha quedado completamente enganchado, pues parece que entró a un laberinto sin salida, en el que él mismo ha decido quedarse ahí, una sombra que lo sigue en cada entrevista, en cada evento y mitin al que va, desde su arranque de campaña, donde sin duda hay que reconocerle, fue contundente en sus inicios, y a todos en ese momento, desde periodistas, asistentes, simpatizantes, familia, propios y extraños, sorprendió, dejó sentir sin medias tintas, su rotundo no a la minería en nuestro municipio paceño. Pero, ¿qué pasó con Rubén?, tras diversos cuestionamientos sobre lo diferente que se escuchaba su postura, a la pronunciada en su última visita en Los Cabos por el candidato Andrés Manuel López Obrador, parece que Rubén Muñoz ha decidido reconsiderar el tema y no le ha quedado de otra, que emular a su candidato a la presidencia de la república, y ahora se ha mostrado más moderado, no obstante, ha sido un gran error, pues más que deslindarse del tema tajantemente, le sigue la incógnita sobre si apoya o no a la minería, dejando más que claro ser éste su talón de Aquiles en este proceso.

Por otra parte, es de llamar la atención que hace unos días, a la candidata por MORENA- PES- PT al Senado Lucía Trasviña, expresara en facebook en su cuenta personal lo siguiente: “En B.C.S., estamos armando la lista de traidores a la patria locales, vende patrias y saqueadores criminales”, tono revelador e inquietante, sin duda, desde mi punto de vista expresa odio, venganza y revanchismo, más que una expresión política de una futura Senadora de la República, se convierte esto en una consigna llena de prejuicio, anticipada, pues todo acto constitutivo de delitos, de haberlos, debe llevar un debido proceso y la instancia indicada, y en dicha expresión, ante el arrebato electoral, no leo más que enojo y venganza, al hablar de una lista, me pregunto, bajo qué criterios puede armarse una lista en estos momentos en pleno proceso electoral, donde, cuyo fin sea hacer justicia desde la óptica en la que se lee a Lucía Trasviña, hoy candidata al Senado. Desde luego, no se trataría de un proceso judicial apegado a la legalidad, de haberlo, sino de un proceso político, impregnado de una consigna anticipada de campaña, bajo el juicio de qué y de quién. O bien, solo es una clásica expresión política de ravanchismo electoral para intimidar a quien piensa diferente, no quedó claro, y poco serio de quien está en el ojo público para un cargo al Senado de la República. Habla también Lucía Trasviña de saqueadores, sin embargo, dicen que a Lucía se le recuerda por allá en el ´99 como una de las invasoras de unos lotes del fraccionamiento Islas, propiedad privada, ubicada en colonia Civilizadores que una vez en el cargo como gobernador electo, Leonel Cota Montaño, dió luz verde para activar los servicios públicos a la propiedad privada invadida casi de forma inmediata a la invasión y a petición de los sujetos invasores, no obstante, tras la protesta de los dueños despojados de su propiedad con título en mano, después de darse esa invasión, por demás decir, ilegal, tuvo el gobernador que reubicarlos premiándoos con otros lotes

Sin duda, las campañas políticas sacan lo mejor, lo peor y lo predecible de cada personaje en este proceso, sobretodo de las y los que aspiran a un cargo de elección popular.

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