La Violencia en B.C.S., un problema de todos y a la vez, un problema de nadie, el discurso perfecto del Estado.






Por M. en C. María Azucena Meza Gómez

Estimados lectores, seguimos en la inercia de la violencia y sencillamente, cuestiono, cuánta indiferencia, cuánta incapacidad, cuántas muertes más, cuántos silencios, cuánta complicidad, cuánta indignación y cuántos discursos habremos de escuchar, para alimentar esa desfalcada fe en dar una solución a tan atroz problema que sacude a todos los sudcalifornianos.

El día de ayer se dijo en un noticiero nacional que los delitos de homicidios  dolosos en B.C.S. del 2016 al 2017, en un año, aumentó en un 685%, ocupando el primer lugar nacional, hecho no solo por demás indignante, ante esa estadística y fatídica a nuestro Estado.

Cómo lograr el desarrollo y el crecimiento económico de un Estado, cuando está sometido y secuestrado en una dinámica delincuencial, ¿se puede?, ¿o crecimiento económico de quién?¿de los delincuentes?, y donde lo único que vemos es el incremento de los homicidios dolosos. ¿Cómo lograr que Baja California Sur prospere, ante la adversidad y la inercia de tantos ejecutados? y, donde el comercio local, pudiera ser la siguiente opción de ingresos por quienes hoy se dedican a matar motivados por diversas circunstancias.

Hasta ahorita la Cámaras de Comercio no han dado su postura en torno a estos incrementos alarmantes de homicidios dolosos, ni las Organizaciones no gubernamentales han generado algún posicionamiento, los partidos políticos  están callados, hay un grave malestar e indignación social por todo lo que sucede en nuestro Estado en materia de seguridad pública, un problema de todos, cierto, pero a la vez, un problema de nadie, donde nadie hace frente, y es quizás el problema, vaya, es el discurso perfecto del Estado.

Apostarle a que todos somos la solución, es válido, es bonito, es justo y puede ser abordado con múltiples posturas, sociales, económicas, políticas, culturales, y así sucesivamente ir enunciando, distintos enfoques para afrontar con amplia doctrina el tema de la violencia e inseguridad pública. 

Lo cierto es que, más allá de una reflexión profunda y connotada de eufemismos, de la belleza de las palabras al plantear este atroz problema que poco a poco, nos va sentenciado a los sudcalifornianos a permanecer fríos ante este tema, la realidad nos esta rebasando, la capacidad de asombro se ha perdido ante la desgracia ajena, y nos hemos convertido en una sociedad cómplice en los silencios de todo esto que lastima a Baja California Sur.

Sucede que de las lamentables muertes que han ocurrido en éstos últimos años, en éstos últimos meses y días, oficialmente se nos ha planteado a la sociedad que las muertes son a causa de fuego cruzado, muertes producto de la delincuencia organizada, muertes justificadas en el alto consumo de drogas, pero a caso hemos escuchado de nuestras autoridades, nos equivocamos de estrategia, "vivir en paz" no es lo que se ocupa, o bien, no es suficiente, o bien, ¿a caso hemos escuchado anunciar cambios en el gabinete de seguridad del gobierno estatal?, ¿por qué si las cosas van mal, o no están funcionando como se debe, por qué se tiene que seguir postulando a "x" o "y" persona al frente del "gabinete de seguridad"?.

Urgente que el gobierno de Baja California Sur, se pronuncie con más integridad ante éste tema, integridad entendida en la amplia extensión que merece la palabra, vaya, también una solución íntegra a tan grave problema. Error también de los partidos el que guarden silencio. Ojalá los Diputados llamen a cuentas al Gabinete de Seguridad a rendir cuentas a la sociedad, que bien merecemos una explicación.

Hace a penas un día fueron asesinados dos agentes de policía, en una afrenta directa al Estado. 

¿Qué sigue?.... 




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