JIRIBILLA CHOYERA
Por Azucena Meza
Estimado lector. He leído con asombro al igual que muchos, la noticia reciente ventilada en algunos medios, como SIN EMBARGO y PROCESO, que refieren al rankin de las 10 ciudades más violentas del mundo en el periodo 2017, y en la cual, se ventila al municipio de LOS CABOS, en el primer lugar, fuente correspondiente a la publicación del CONSEJO CIUDADANO PARA LA SEGURIDAD PÚBLICA y LA JUSTICIA PENAL, bajo la titularidad del LIC. JOSÉ ANTONIO ORTEGA SÁNCHEZ. .
Debo decir que en primera lectura, este tema consterna, no obstante, también siembra una amplia inquietud sobre los fines cuando sale a la luz pública. Es verdad, que los grandes problemas sociales deben de diagnosticarse bien, conocerlos, no negarlos, para poder enfrentarlos a través de programas públicos, con estrategias bien planteadas, acciones, o más a fondo, con políticas públicas que impliquen la coordinación de los esfuerzos gubernamentales, en sus tres instancias y en comunión con los medios de comunicación y sociedad civil. Es decir, un problema que debemos enfrentar juntos, sociedad y gobierno. Negar la existencia, como en este caso lo es el aumento de la violencia del año 2017, sería un auténtico suicidio para cualquier administración, eso queda bastante claro y no esta a discusión.
Cierto es que el rankin de referencia hace alución a cifras del año 2017, y en efecto, sabemos que fue un año totalmente escandaloso a nivel nacional, salpicando lo local, pues el Presidente de la República ENRIQUE PEÑA NIETO, embolsa el tema de los homicidios de alto impacto y el aumento de la violencia, como elementos que marcaron y dejaron huella en su historial de gobierno, ante la incapacidad de poder resolver y contener éstos altos índices delictivos, una rayita más al tigre en su señalada administración sexenal.
Sin duda también, que, el ambiente electoral detona una guerra mediática de fondo y con audaz incisión en aquellos temas que causan una mayor sensación social, cuyos fines impliquen el posicionamiento político de los intereses de grupos. Sin embargo, el caso especial del municipio de LOS CABOS, la corona electoral de muchos, merece una atención mayor, pues de por medio esta la naturaleza económica de las miles de familias que viven del turismo.
Podríamos decir que ante las múltiples declaraciones por las ONG, Asociaciones, etc., empeñadas en la seguridad pública, que dieron seguimiento y registro al tema durante el año 2017, validaron información relevante para la administración a nivel nacional y en lo local, tanto para asumir los costos, como para emprender acciones.
Por otra parte, la tesitura noticiosa que desencadena ser un año electoral, no nos excluye a la sociedad de ser testigos de las campañas sucias, cuya relevancia mediática trasciende a otras latitudes debido a la contienda política.
No obstante, debemos guardar mesura con el manejo de la información, cuidar el turismo, debe ser nuestro interés mayor, de lo contrario, estamos BOICOTIANDO NUESTRA ECONOMÍA LOCAL, es decir, sería un ataque suicida el propiciar y sembrar el terror noticioso.
Por lo tanto, ¿QUÉ FINES SE CUMPLEN CON LA INFORMACIÓN PUBLICADA POR EL CONSEJO CIUDADANO PARA LA SEGURIDAD PÚBLICA Y LA JUSTICIA PENAL, A.C.?
El oportunismo sensacionalista que provoca decir LOS CABOS, durante el 2017 fue la ciudad más violenta del mundo, constituye un auténtico boicot a nuestra economía, un HARAKIRI AL DESARROLLO TURÍSTICO, que desalienta y genera incertidumbre para las inversiones, ¿eso se quiere lograr?.
Sabemos que MÉXICO, en los últimos años ha incrementado duramente los índices delictivos, conocemos bien, que el 2017 fue un año desgarrador, y que en el caso particular de B.C.S., con los municipios de LA PAZ y LOS CABOS, la violencia tuvo un incremento fuerte, así lo fueron registrando las organizaciones civiles y ONG, dedicadas a este sensible tema.
También, sabemos lo mucho que nos duele el tema de la seguridad pública a los sudcalifornianos, pero debemos ser cautelosos en el AUTOFLAGELO DE LA ECONOMÍA LOCAL, que pudiera causarse debido al salpicadero electoral que detona estar en un proceso de campaña.
Ahora, resulta realmente contrastante y curioso que pese a la violencia, el turismo del municipio cabeño ha ido en aumento, que hayamos tenido un incremento del 16% en la afluencia turística, en comparación al año 2016, esto representó que tuviéramos 13 millones de visitas más. Una lectura de contraste, pero positiva para nuestro Estado.
También en contraste, fue bastante interesante, incluso inédito, el hecho de que la Cónsul de los EEUU, ROBERTA JACOBSON, recientemente en su visita a B.C.S., documentara un video publicado en las redes sociales, en la que hacía alución a la tranquilidad y la seguridad que el destino le trasmitió, felicitando incluso las acciones realizadas para asegurar a los turistas, un acontecimiento inusual políticamente, pero que sembró buenas expectativas, pese a quiénes opinan distinto, no puede ser este hecho calificado como algo negativo.
Apostarle a la fatalidad sin duda, no contribuye al crecimiento y desarrollo social de ninguna sociedad, como también negar las cifras del terror, pero sí debiera abrazarse la mesura, sembrar el pánico en los medios constituye un harakiri económico. En tiempos electorales, la peor guerra mediática, no es la que se atenta contra los intereses de algún partido político o cuyo destino sea algún personaje en el poder, sino aquella que empieza a trastocar los intereses de una sociedad cuyo principal sostén, es la economía a base del turismo.
Por ello, no me cabe la menor duda, que en estos tiempos electorales, más allá de encuestas, más allá de rankin, más allá de cifras, no debemos promover el BOICOT AL TURISMO, y que las campañas no empañen nuestro hermoso turismo.
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