Mimetizados en el poder, pues sin renunciar a su puesto se comercializa una campaña.

JIRIBILLA CHOYERA


Por Azucena Meza


Hace unos días el hoy ex Delegado de PROFECO, Isaías González Nava, renunció al cargo para incorporarse a las filas del Comité Estatal PRI como Secretario Técnico, en un acto de congruencia, ya que se le conoce tiempo atrás de sus amplias aspiraciones para convertirse en candidato por ese partido a la alcaldía de La Paz

De inmediato las miradas giraron hacia el actual Delegado de SEDESOL Juan Alberto Valdivia Alvarado, comapañero Delegado y de partido de González Nava, en quien también subyace las amplias aspiraciones políticas, solo que en este caso para ser Senador de la República y por el cual, se le ha visto muy mediatizado en sus funciones como Delegado, para cumplir con ese objetivo político. Es decir, sin renunciar a su puesto se comercializa una campaña.

En este tenor, ya es fuertemente cuestionado por utilizar el cargo para promover su imagen política de lo cual, se le puede advertir fácilmente con tan solo echar un vistazo a su muro en redes sociales.

Cierto es que no es el único personaje que tiene ese ridículo dilema político, ya han iniciado los tiempos de definiciones políticas y vemos a muchos, aun intencionalmente mimetizados entre la función pública y su mirada melancólica de seguir en la jugada del poder, conjugando los deleites del cargo para mantener una imagen pública que le alcance para la competencia y para más de alguno, la revancha.

Que interesante sería que fueran altamente congruentes, y que las decisiones sobre sus aspiraciones políticas para otros puestos de elección popular, pues de una vez las canten, ¿para qué le hacen tanto al lolo?

El problema que se le agrega al tema de sus indecisiones, va más allá de sus mimetizadas funciones, pues engrana vicios, que no solo son de tipo clientelar, sino además, eso de andar pensando en lo que viene, y tramando estrategia, claramente se olvidan de lo fundamental, ejercer un trabajo eficazmente, luego se nos distraen con los aromas del poder que ofrece una curul o un escritorio más cerquita del palacio de cantera.

Según ha declarado Juan Alberto Valdivia que no se trata de una promoción política. ¿Será?

Mejor júzguelo Usted mismo.













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