PROYECTO DE REMODELACIÓN DEL MALECÓN DE LA PAZ, ¿UN MAL DISCURSO O UN MAL PROYECTO?




Por: Azucena Meza

Ante el anuncio de alto impacto hecho por el Gobernador de Estado de Baja California Sur, Carlos Mendoza Davis, sobre el proyecto por el cual se habrá de remodelar el histórico y muy concurrido lugar paceño, el malecón costero de la ciudad de La Paz, capital del Estado, con una inversión conjunta entre el gobierno y con el interés de la iniciativa privada, por 150 millones de pesos.

Surgen preguntas naturales a muchos sudcalifornianos, sin ánimos de las clásicas grillas de los grupos opositores –aclaro-,  que obligadamente el gobernador y su administración debe anticipar a los sudcalifornianos y responder tras este importante anuncio de obra pública.

Es decir parecieran ocurrencias que cada administración pone de moda, pero por el cual dejan mucho que desear, puesto que en el último de los casos y el cual nos ocupa, el malecón, a unos pocos días de su anuncio, poco sabemos de todo el proceso de planeación que ello implica. Es decir, ¿cuáles son los motivos de urgencia que origina la realización del proyecto, el por qué se va hacer?

¿Cuáles son los objetivos que se persiguen con ésta inversión? ¿Qué resultados se esperan? ¿Estuvo contemplado en alguna planeación por este gobierno? ¿Está dentro de las prioridades de esta administración y por qué? Si fue así, ¿cuáles son los parámetros que inciden en las tomas de decisiones de este gobierno y definen lo que es urgente, prioritario y necesario, por encima de aquellas, no necesarias o de menor urgencia.

¿Hubo alguna consulta ciudadana? Ésta última pregunta desprende una consideración relevante para cualquier gobierno, a la hora de tomar decisiones sobre todo en aquellas obras que puedan generar una opinión negativa. Es decir, el malecón de La Paz, no es cualquier parque, no es una calle más para pavimentar, no es un edificio más. El malecón de nuestra ciudad, es el centro y punto de reunión de las familias, un centro histórico, por lo que, cualquier acción de gobierno o toma de decisión que involucre estos espacios, naturalmente generará estridencia en uno u otro sentido.

Pero, más allá de un juicio de valor en este momento sobre su ejecución, importancia y prioridad, el fondo aquí son los cálculos que realizan los gobiernos ante esta inversión que de pronto nos sorprenden, pues parecieran que emergen de la nada, y lo colocan en la agenda, por encima de cualquier otro tema.

¿Debemos los ciudadanos ser consultados realmente sin simulaciones en éstas obras?

Si para el gobierno estatal está claro la no necesaria consideración para que seamos consultados, la estrategia debe entonces plasmar contundencia en los argumentos de implementación de dicho proyecto, que ponga en justa dimensión la importancia y las problemáticas que se buscan resolver, pues a simple vista, existen otras emergentes, que la aplicación de 150 millones a un malecón.

Por ejemplo, sería importante conocer si esta inversión abonará a combatir el problema de la inseguridad,  y ¿cómo?, si no es así, entonces, ¿el problema de la inseguridad que hay en Baja California Sur no está considerado como una prioridad para este gobierno?

¿De qué se trata?

¿No será entonces una inversión que contradiga los objetivos que se plasman en el discurso de Vivir en Paz?

Personalmente estoy de acuerdo con la inversiones que generen prosperidad y desarrollo a nuestra ciudad capital, ¿quién no estaría de acuerdo con ello? , pero me queda claro que existe un tremendo error de discursos.

Discursos que debieran asumir la congruencia de los tiempos, de los objetivos del gobierno y de armonizarlos en cada una de sus obras, sobre todo, cuando se trata de obras consideradas joyas, como el malecón costero, lugar emblemático para los sudcalifornianos.

Tomar decisiones de gobierno, implica definir posturas congruentes del porqué de esas decisiones, y si no sabemos comunicarlo, con tacto y persuasión sobre la importancia que revisten, en medio de escenarios controvertidos y problemáticos, como la inseguridad en la que vivimos, que es parte de la agenda pública en estos momentos, los ciudadanos entenderemos mal la ruta que el gobierno ha definido como prioritario, y con base en ese entendimiento, quedará plasmada la percepción ciudadana sobre la forma de gobierno.

Entonces, ¿Un mal discurso o un mal proyecto?



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